Sobre volver: entre otras cosas a escribir cartas.
En esta edición de cartas desde el hipocampo del mes de julio, escribo algunas reflexiones, descubrimientos interesantes e ideas locas que quiero compartir contigo.
En la carta de este mes de julio, te cuento todo lo que podrás leer aquí:
Reflexiones sobre lo importante que es volver a aquello que nos llena de vida y nos devuelve el equilibrio.
Mis favoritos de esta temporada: música, un perfume, una película y un libro perfecto para esta temporada.
Una propuesta que lanzo: ¡volver a enviar correo físico! Recibir estas cartas y otras sorpresas, al el buzón de tu casa.
Y por último, mi curso de vídeo de verano ¡presencial!
Al lío. 🍋
Esta carta va dedicada a todas aquellas veces que he intentado volver, pero no lo hice con voz propia. Y a lo mejor a ti también te ha pasado. Condicionada por un mundo exterior lleno de ruido, dejamos de escucharnos a nosotros mismos…
Ahora mismo te escribo estas líneas sentada a no se cuántos mil pies de altura, mientras sobrevuelo un manto increíblemente bonito de nubes. ¿Cuánto lleva volando el ser humano? Parece ser que desde hace más de 120 años. ¡Qué fascinante es! Hay algo en esto de volar, que aunque me siente al lado de un amigo ingeniero y me explique por qué un avión es capaz de volar, escapa a mi entender. Me da un miedo horroroso y al mismo tiempo es de las cosas que más paz me producen… ¿cómo es posible? Creo que tiene que ver con el hecho de que al mirar por la ventanilla y poder ver la tierra desde el cielo, uno recuerda lo enorme que es este planeta y lo insignificantes que somos en realidad y me asalta el típico, ¿qué demonios hacemos aquí?… algo que también me resulta bastante fascinante. (Se nota que cuando pienso eso viajo sola, sin turbulencias y sin niños ¿verdad?)
Ahora bien, te confieso una cosa: he estado demasiado tiempo sintiendo una incomodidad en el pecho muy gorda. Buscando respuestas. Una incomodidad física, muy real, pero sin el atrevimiento suficiente como para prestarle atención. -¡No tengo tiempo para esto! Esto no está pasando. - me decía. ¿Dónde está la alfombra? Trae, que voy a esconder de nuevo todo esto batiburrillo debajo. Y con un gesto bastante mecánico, escondía ese malestar, una y otra vez, sin tapujos, debajo de esa alfombra. Y vuelta al trabajo, al lío, a la vida. Y así, iba tachando el tiempo en el calendario.
Seguramente esta incomodidad coincida con la muerte de mi padre. Un poco más de dos años ya. Ahora que no tengo ni a mi madre ni a mi padre, el hueco se nota considerable. Y la verdad, te empiezas a cuestionar cosas que circulan bien por debajo de la epidermis. Y te llegan preguntas tan ligeras como: ¿qué sentido tiene todo esto? ¿de verdad estoy haciendo lo que quiero hacer?
Inspira, mantén unos segundos, expira… repite… y observa. -Hazlo cuando no sepas muy bien qué hacer - me aconsejaba siempre mi madre. Y sí, lo cierto es que me relaja y me ayuda a pensar con más claridad. Como cuando me escapo a la playa y me baño en el mar, cuando respiro aire limpio, cuando ando descalza, cuando abrazo a las personas que me equilibran, cuando acaricio a un animal y paso tiempo con el, cuando cocino porque me apetece, cuando toco el piano. Cuando cojo mi cámara y me evado capturando aquello que me llama la atención. Y sí, también cuando viajo, y tengo la posibilidad de mirar por la ventanilla y disfrutar de un vuelo sin turbulencias, (importante).
El corazón me late de otra manera. Recuerdo lo insignificantes que somos y lo mucho que importa vivir nuestra vida preocupándonos por lo que de verdad nos importe a nosotros. Qué importante es saber qué demonios es eso, aquello que nos equilibra. Y al mismo tiempo, que difícil se vuelve con tanto ruido a nuestro alrededor.
Estos últimos años, me he sentido bastante perdida en este mar de información que sobrecarga y no da pie a pensar con claridad. -¿Cómo? ¿Pensar con claridad? ¡Por favor, que no se nos ocurra! Agotada, con una forma de nadar poco eficiente, que no me ha llevado a ninguno de esos lugares que la sociedad te promete que si te das la suficiente caña, tienes más posibilidad de alcanzar, sin saber muy bien si de verdad quieres lograr esa meta. ¿Sabes a lo que me refiero?
Año y medio de terapia maravillosa después y mucho, muchísimo aprendizaje bajo el brazo, ahora se que lo que se siente como hogar, no hay que lucharlo. Nace suave, de manera fácil. Y así es como he vuelto a todo aquello que me era familiar, que viene fácil, que me reconforta, me nutre y me calma.
Volví a hacer las paces con todo aquello que representa esencia para mi: escribir, dibujar, pintar, crear con las manos y el corazón. Todo con un mismo hilo conductor: documentar mi vida, aquello que más me nutre y hace feliz desde que era una mocosa.
Por eso nace La Casa del Hipocampo. Y por eso también he decidido desvincularlo de mi trabajo. Esto es un proyecto personal, un proyecto muy íntimo, que nutriré en mi tiempo libre, aunque este sea escaso y que ahora quiero compartir contigo, creando para ello un espacio lento, de conexión y disfrute. Aquí hablaré de creatividad, de encontrar nuestra esencia, de documentar bonito nuestro caos interior, de encontrar a personas afines a nosotros para indagar juntos en aquellos temas que nos gusten, de crear lazos duraderos con ellos, sin prisas, sin tener que enmascarar emociones.
Ojalá te apetezca un poco de todo esto.
A otro ritmo. Un espacio sin reglas de marketing, ni estrategias frías. Con otras instrucciones de uso, que irán cambiando según se haga camino. Aquí estaré, sin pretensiones. De la manera más honesta y propia posible. Y si no quieres quedarte, te puedes dar de baja en el footer de este e-mail. Lo entendería perfectamente.
Y antes de hablarte de algunos descubrimientos que he hecho estos meses atrás, quiero contarte mi nueva idea loca…
Quiero hacer que estas cartas virtuales sean en realidad, ¡cartas reales!
Te pongo en situación. Retrocedamos a 1990, cuando con 6 años empecé a ir al colegio. Para entonces ya me flipaba dibujar, la papelería bonita, hacer colages y escribir, aunque vete tú a saber lo que escribía… solo se lo mucho que alucinada con todo eso. Lo que no me gustaba tanto sin embargo, era que me mudaba mucho de colegio. No me preguntes, porque es una historia larga, pero en total estuve al menos en 9 colegios diferentes, y en 4 ciudades/países distintos. Muy loco. Gracias a eso, conocía y dejaba atrás a ciertas personas que como yo, les gustaba escribir cartas. Nuestro buzones se llenaban de sobres y papelitos bonitos, con dibujos, historietas y cotilleos de lugares y personas que posiblemente nunca más fuésemos a ver, pero ahí quedaban.
A esas cartas luego se sumaron mis mejores amigas, con las cuales me escribía semana si; semana también. Y de un modo u otro esas cartas fueron una ilusión tremenda que me acompañaron durante muchos años.
Ayer, haciendo la compra, fui al súper tal cual abuela, con mi viejo carrito y al volver a casa y sacar las bolsas, me dio por sacudirlo bien fuerte boca abajo y cuando vi lo que calló al suelo ¡flipé!, ¡flipé mucho!….
Y como una imagen vale más que mil palabras: aquí te la dejo.
Y si. Soy de esas personas que cree mucho en las señales. Y si esto no es señal; no sé qué más puede serlo. Un sello horrible, eso si, pero ¡en pesetas!
¿Cómo funcionará esto de las cartas físicas?
Mi idea es crear un club de escritura postal, en el que te puedes abonar por una cantidad no mayor a 10€ al mes, y el día 20 del mes en curso mandaré la carta para que te llegue a casa a tiempo a principios de mes siguiente.
¿Qué podrás encontrar en ellas?
Este estilo de texto; pero en papel, escrito a mano, bajo mi puño y letra.
Además, en ellas siempre habrá alguna sorpresa (piensa en ellas como postales hechas a mano, pegatinas y stickers para decorar las páginas de tus cuadernos, fanzines con tutoriales para documentar tu vida de manera bonita y significativa, vídeos que haré y que no compartiré de ninguna otra manera…), entre otras cosas.
Por supuesto, que podrás responderme de la misma manera. Y en futuro, hacer un grupo on-line/presencial para explorar más a fondo las maravillas de la escritura epistolar.
Si te motiva la idea, te llama la atención, respóndeme a este e-mail. Estaré encantada de leerte. Y si te apetece te apunto en la lista para cuando lo lance en Septiembre. 🌺 Va a ser muy especial.
Ahora sí, comparto contigo mis descubrimientos (no realmente de este último mes, pero si de esta última temporada…) y empiezo por la música.
Un artista: Estos últimos meses hemos escuchado en bucle en casa a Ben Mazué. Lo conocí a través de un podcast que tenía el, en el que recibía cartas de sus oyentes hablándole de amor, amistad, rupturas, familia, problemas personales… y el respondía junto con otro compañero a modo de psicólogo pero sin serlo. De ahí me enganchó la honestidad y el aire súper fresco del programa e investigué su música; fue un flechazo. Si te gusta la música de cantautor francesa renovada, apuesto a que te gustará. A mi me enganchó muchísimo sus letras, y también poder oir francés, que desde que mis padres ya no están, dejé de usar por completo. Te dejo aquí, una de mis canciones favoritas suyas.
Un perfume: Esto ha sido un descubrimiento, que espero no haga que gastes dinero si no lo necesitas. Sin embargo, a mi me pasó un poco eso. ¡Una locura! Y ¿te cuento un secreto? No soy una persona que se compre perfumes. ¡No me gustan! Y voy y me compro uno y además on-line. Sin saber cómo olería. Y sí, eso es lo que pasa cuando desde arriba se hacen impecablemente las cosas. Un marketing lo más parecido al paraíso. Lo hacen tan bien, de manera tan delicada, cuidado tanto, tantísimo los detalles, que cada paso sabe a bendita gloria. Esperar ese momento de llegarme a casa, abrir esa experiencia y rociar mis sentidos con ese perfume… ¿Se puede encapsular el verano? Ffern lo consiguió. Lo único que no me gusta es el nombre, que se supone hace alusión al sonido del rociado, pero oye, algo malo tenía que tener...
Te dejo uno de sus vídeos, para que entiendas a lo que me refiero. Si te gusta el marketing, las cosas bien hechas, el storytelling, la creación de vídeos, y el amor hacia los pequeños detalles, te encantará esta marca.
Una película: En la misma línea, si de sutileza y cosas bien hechas nos ponemos a hablar, quiero mencionarte la película de Perfect Days. Otra maravilla para los sentidos. Recuerdo verla en casa, una tarde en la que los míos estaban fuera. Necesitaba como agua de mayo, una tarde tranquila, de sofá y peli. Pero no quería ver cualquier cosa. Quería ver esa peli. Tranquila, pausada. De ritmo lento y cuidado minucioso hacia los detalles. Poco diálogo. Con un énfasis brutal a esas pequeñeces que hacen grandes nuestros días. Te la recomiendo si todo lo anterior resuena contigo. Te encantará.
Un libro: “El arte de viajar” – de Alain de Botton
¿Conoces el canal de YouTube School of life? Si no lo conoces, te lo recomiendo con creces. Si, ya lo sé, quería hablarte del libro. La cosa es que Alain de Botton es el creador de dicha escuela y escritor del libro que te comparto. Este libro concretamente me ha fascinado. Como su nombre indica, es un ensayo que explora por qué viajamos, cómo lo hacemos y qué esperamos obtener del viaje. Súper bien estructurado, el libro está dividido en capítulos temáticos que exploran diferentes aspectos del viajar.
Anticipación: Cómo soñamos el viaje antes de hacerlo.
El paisaje: Cómo aprendemos a mirar y a valorar un paisaje.
El arte de la fotografía: Cómo encuadramos y seleccionamos lo que queremos recordar.
El retorno: Cómo cambia el viaje al recordarlo.
El motivo del viaje: ¿Qué buscamos realmente?
Cada tema se conecta con un autor o artista clásico: Baudelaire, Flaubert, Wordsworth, Van Gogh, Ruskin…
Lo tengo muy subrayado (si, sé que es sacrilegio, pero manoseo, dibujo y marcó muchísimo los libros que leo…) y esta frase en concreto, me encantó:
“No hace falta cruzar océanos para ver cosas extraordinarias. Lo que necesitamos es aprender a mirar las cosas comunes como si fueran extraordinarias.”
Hagas lo que hagas este mes de Julio, te deseo un mes maravilloso. Te mando un abrazo de esos grandes, que te hacen sentir en casa.
Hasta la próxima.
Fotogramas de verano:
PD: Si quieres documentar en vídeo tu verano y viajar de nuevo con el, cada vez que volváis a ver el vídeo que hagas, recuerda que en mi web podrás encontrar el curso de Fotogramas de verano. ¡Es muy bueno! Y no lo digo yo, por favor. Lo dicen las alumnas que ya han pasado por el. ❤️ Además, este próximo sábado día 12, estaré en Málaga impartiendo un Workshop presencial, para que aprendas a documentar tu verano en vídeo y de paso, pasemos unas horas súper agradables juntas. Aquí tienes más info.